Paso 2: Dé la instrucción
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Dígale con exactitud qué es lo que quiere que haga. Los siguientes son algunos consejos para dar buenas instrucciones.
Asegúrese de que la instrucción sea acorde a la edad de su hijo.
Asegúrese de que su hijo pueda hacer lo que le está pidiendo que haga. Por ejemplo, un niño de 2 años puede darle la mano antes de cruzar la calle, pero no puede limpiar el piso. Recuerde que no tener la capacidad de hacer algo no es lo mismo que desobedecer.
Dígale exactamente qué comportamiento quiere ver.
Sus palabras son importantes. Si le da una buena instrucción a su hijo le comunicará con claridad qué es lo que usted se espera de él. Su instrucción debe ser específica y no estar formulada como pregunta. Si bien usar palabras o frases como “No”, “No lo hagas”, “Termínala” o “Detente” es una parte diaria de la crianza de un niño pequeño o prescolar, esas instrucciones solo le dicen al niño qué es lo que no debe hacer. Puede detener su mal comportamiento de manera momentánea, pero no le dicen qué comportamientos se esperan de él en ese momento y en el futuro. Para dar buenas instrucciones:
Sea específico.
Dígale con exactitud qué es lo que quiere que haga. Evite dar instrucciones como “Sé bueno”, “Quédate tranquilo” o “Limpia”, ya que pueden tener significados diferentes para diferentes personas. Por ejemplo, si le dice “Quédate tranquilo”, tal vez desee que su hijo deje de escupir agua, pero para él puede significar que debe quedarse quieto. Una instrucción específica sería: “Traga el agua”. A veces los padres solo dicen el nombre del niño para dar una instrucción. Por ejemplo, si su hijo Oscar está golpeando la mesa con un juguete, usted quizás solo diga “¡Oscar!” para que deje de golpear la mesa y comience a jugar con los juguetes sin golpearlos. Sin embargo, para que esta instrucción sea adecuada y específica, podría decir “Deja de golpear la mesa. Juega bien con el juguete”.
Conviértala en una afirmación.
Dígale a su hijo qué es lo que debe hacer en vez de preguntarle si quiere hacerlo. Por ejemplo, es mejor decir “Guarda los juguetes en el clóset” que “¿Podrías guardar los juguetes en el clóset?”. A veces, cuando damos instrucciones, accidentalmente las convertimos en preguntas al usar palabras que implican que es una opción, como “¿De acuerdo?”. Por ejemplo, “Vístete ahora, ¿de acuerdo?” es una pregunta. Las preguntas le dan a su hijo la opción de responder “sí” o “no”. Si quiere que siga su instrucción, evite formular preguntas.
Dígale cuál es el comportamiento que desea ver.
Indíquele exactamente qué comportamiento tener. Si no está seguro de qué decirle para que deje de hacer algo, podría ser útil pensar en la acción opuesta. Por ejemplo, decir “¡No arrojes ese juguete!” puede detener a su hijo de arrojar el juguete de forma momentánea, pero tal vez no tenga la consecuencia que usted desea. En su lugar, podría decir: “Coloca el juguete en la mesa” o “Juega bien con el juguete”. Haga clic aquí para practicar más.
Dé una instrucción por vez.
Los niños pequeños y prescolares tienen una capacidad de atención muy breve. Si le dice a su hijo que haga más de una cosa, tal vez no pueda recordar todas las instrucciones. Al dar una instrucción por vez, podrá asegurarse de que la instrucción sea clara, será más probable que su hijo la recuerde y la cumpla, y podrá elogiar a su hijo con más frecuencia.
Dé instrucciones en tono neutro.
Cuando los niños no siguen una instrucción de manera inmediata, los padres a veces elevan la voz y repiten la instrucción. A veces, terminan gritando. Esto puede enviarle el mensaje de que, en el futuro, el niño no deberá seguir la instrucción hasta que el padre grite. Para evitar caer en la trampa de los gritos, dé las instrucciones en un tono neutro y firme, sin gritar ni suplicar. Si usa siempre un tono neutro y aplica las consecuencias cuando su hijo no obedece, aprenderá que usted habla en serio la primera vez que le da una instrucción.
Sea respetuoso y amable.
La mayoría de los padres quieren que sus hijos tengan buenos modales. Una manera para ayudar a que su hijo aprenda buenos modales es al mostrar usted buenos modales, como ser amable y respetuoso cuando le dé instrucciones. Por ejemplo, puede comenzar las instrucciones con “por favor”. Cuando se usan de manera constante, las palabras “por favor” pueden servirle de señal a su hijo para anunciar que vendrá una instrucción importante. El contacto visual y el uso de una voz tranquila al dar instrucciones son otras maneras de dar un ejemplo de buenos modales.
Use gestos.
Para los niños pequeños y prescolares, es buena idea usar gestos junto con las instrucciones para que su hijo tenga una referencia visual y saber qué se espera de él. Por ejemplo, si usted dice: “Por favor coloca los juguetes que están en el piso en la caja de juguetes”, puede señalar los juguetes que desea que guarde y luego señalar la caja de juguetes. Puede caminar desde donde están los juguetes en el piso hasta la caja de juguetes mientras da la instrucción.
Elija las palabras con cuidado.
La forma en que los padres formulan las instrucciones podría confundir al niño sobre quién va a realizar la acción. Por ejemplo, solo use las palabras “vamos a” en su instrucción si planea ayudar a su hijo. Si dice: “Vamos a guardar los juguetes”, debe tener planeado ayudar a su hijo a guardar los juguetes. Si desea que su hijo haga lo que le ha indicado, puede decirle simplemente: “Por favor, guarda los juguetes”.
Dele opciones a su hijo cuando sea posible.
Darle opciones es una buena manera de cultivar la independencia de su hijo y de enseñarle cómo tomar decisiones. A los niños pequeños es mejor darles instrucciones con pocas opciones, como por ejemplo con solo dos opciones. Supongamos que desea que su hija se prepare para ir a la escuela. Puede darle una opción si le dice: “Es hora de prepararse para ir a la escuela. Puedes ponerte el vestido amarillo o el conjunto deportivo. Por favor, elige uno y ponte la ropa ahora”. Al ofrecerle opciones, usted le está dando la oportunidad de tomar una decisión acerca de qué ponerse, y a la vez le está comunicando que es hora de vestirse. Asegúrese de que usted se sentirá cómodo con cualquiera de las opciones que elija su hijo.
Dé explicaciones oportunamente.
Es posible que algunos niños quieran saber “por qué” tienen que hacer algo. Su hijo podría preguntar “por qué” solo por curiosidad o porque quiere demorar el cumplimiento de la instrucción. Una forma de evitar este problema es darle una explicación antes de dar una instrucción. Por ejemplo: “Es hora de ir a la tienda. Por favor, ponte los zapatos”. Si su hijo aún le pregunta por qué, probablemente esté tratando de demorar lo que le ha pedido que haga. Debe ignorar esa pregunta y hacer cumplir la instrucción con una consecuencia si no se pone los zapatos.