Otros consejos para el tiempo especial de juego
Sea entusiasta.
Demuéstrele a su hijo que a usted le emociona jugar con él. Usted puede hacer esto al sonreír, “chocar los cinco” o elevar el volumen de la voz. Si no está seguro de cómo demostrar entusiasmo, piense en cómo reacciona su hijo cuando recibe un nuevo juguete que realmente le gusta y actúe de esa forma. El entusiasmo permite que su hijo sepa que usted disfruta el tiempo que pasa con él. Cuando usted se divierte, él también se divierte.
Refleje las palabras y emociones de su hijo.
Refleje o repita lo que su hijo diga. Observe su conducta y refleje lo que cree que él esté sintiendo. Cuando usted refleja las palabras y los sentimientos de su hijo, le demuestra que lo está escuchando en forma activa y lo ayuda a entender sus sentimientos y a manejarlos. Haga clic aquí para obtener más información sobre cómo escuchar de manera activa.
Limite las preguntas durante el tiempo especial de juego.
Cuando usted le pide algo a su hijo y espera una respuesta, le está haciendo una pregunta. A su hijo le hacen muchas preguntas a lo largo del día como “¿qué tal estuvo la escuela?”, “¿cuántos años tienes?” y “¿qué estás haciendo ahí?”. De hecho, las preguntas componen alrededor del 75 % de la comunicación que tenemos con nuestros hijos. Cuando hacemos preguntas, nosotros lideramos la conversación. Nuestras preguntas también pueden sugerir que no estamos realmente prestando atención o que no estamos de acuerdo con lo que el niño está haciendo. Por ejemplo, la pregunta “¿no preferirías jugar con los bloques?” indica que usted no quiere usar el juguete que el niño ha elegido. Preguntarle “¿por qué estás haciendo eso?” sugiere que su hijo está haciendo algo mal.
Limite las instrucciones durante el tiempo especial de juego.
Las instrucciones le dicen a su hijo qué hacer u orientan sus actividades. Pueden ser pedidos obvios, como “pásame ese crayón”, o algunos no tan obvios como “¿qué te parece si usamos el rosado ahora?”. Las instrucciones le quitan el liderazgo al niño. Recuerde que él debe de estar al mando durante el tiempo especial de juego. Si él hace lo que usted le indica, no está tomando las decisiones durante el tiempo especial de juego. Y si desobedece, puede producirse un conflicto. Lo que queremos es que el tiempo especial de juego sea positivo tanto para los padres como para los niños.
Limite las críticas durante el tiempo especial de juego.
Las críticas demuestran que usted no aprueba algo que su hijo está haciendo y suelen incluir palabras como “no”, “no lo hagas”, “detente”, “deja de hacer eso”. Por ejemplo, podría decirle a su hijo, que está usando un crayón azul y lo describe como morado: “Ese no es morado. Estás usando el crayón azul”. Las críticas también pueden ser mucho más obvias: “Eso que hiciste fue bastante tonto” o “te pones bien feo cuando lloriqueas así”. Si se los critica con frecuencia, los niños pueden sufrir problemas de autoestima. Las críticas no ayudan a reducir las conductas problemáticas. Hay muchos momentos del día en los que usted necesita usar las palabras “detente”, “no” y “no lo hagas”. Eso está bien. Evitar esas palabras durante el tiempo especial de juego los ayudará, a usted y a su hijo, a tener tiempo para concentrarse más en lo positivo.
Ignore casos menores de mala conducta durante el tiempo especial de juego.
Ignore los casos menores de conductas desafiantes, como el lloriqueo, que tengan lugar durante este tiempo especial. Si el niño hace algo peligroso o destructivo, detenga la conducta de inmediato y use una consecuencia como la distracción o la eliminación de un privilegio. Haga clic aquí para obtener información sobre el uso de la disciplina y las consecuencias. Recuerde que brindar atención después de cualquier conducta hará que esta tenga lugar con más frecuencia. Cuando limita la atención que le da a su hijo después de un mal comportamiento, usted puede reducir las probabilidades de que eso vuelva a ocurrir.