Paso 4: Explíquele por qué
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Hágale saber a su hijo por qué se produce la consecuencia negativa. Siempre aplique la consecuencia que advirtió que daría. Recuerde que el momento es clave. Las consecuencias deben tener lugar inmediatamente después de la mala conducta. De esta forma, su hijo entenderá con claridad lo que ha hecho para obtener una consecuencia negativa. Cuando aplique una consecuencia puede darle a su hijo una breve explicación. Puede decir: “Como golpeaste a tu hermano con el muñeco, te lo quitaré hasta mañana”. En ese momento, debe quitarle el muñeco y colocarlo fuera del alcance del niño.
Es posible que su hijo le ruegue, suplique, llore y le diga lo que desea oír una vez que usted aplique la consecuencia. También puede decir cosas como que lo odia o que es un pésimo padre o madre. Sin embargo, esto no debe afectar su determinación. Si el niño hace un berrinche y usted le da lo que él desea, la lección que aprenderá es “si lloro lo suficientemente fuerte, mamá o papá me darán lo que quiero”. En este caso, en realidad usted habrá recompensado a su hijo por la rabieta y es más probable que la repita en el futuro.