Responder al buen comportamiento

La atención que su hijo recibe por parte de usted y de otros adultos es importante para él. De hecho, los niños pequeños y prescolares exigen MUCHA atención de los adultos.

Esta atención puede ser tanto positiva como negativa. La atención positiva se usa para mostrarle a su hijo que ha hecho algo que a usted le gusta. La atención positiva incluye dar elogios, abrazos, besos, palmaditas en la espalda y choques de manos. La atención negativa es la que le indica a su hijo que a usted no le gustó algo que hizo. La atención negativa incluye regañar, corregir y gritar. Veamos un ejemplo de atención positiva y otro de atención negativa.

Como puede ver en este ejemplo, el niño recibió atención en ambos casos. A veces es mejor dar atención positiva. Sin embargo, en otras ocasiones, es preciso dar atención negativa, como en el caso de evitar que su hijo salga corriendo. Hay dos aspectos claves que debe recordar acerca de la atención. En primer lugar, la atención que su hijo recibe inmediatamente después de un comportamiento, sea positiva o negativa, aumenta las probabilidades de que repita el comportamiento. En segundo lugar, la atención negativa se convierte en un problema cuando la damos MÁS que la atención positiva.

Cuándo no dar atención

Su atención es poderosa. Cualquier tipo de atención que le dé a su hijo después de un comportamiento aumenta las probabilidades de que repita ese comportamiento. Por lo tanto, si le da atención después de que haya hecho algo que a usted no le guste, ese comportamiento puede repetirse más frecuentemente. Puede reducir el mal comportamiento si limita la atención negativa que da. Ignorar los malos comportamientos es otra buena manera de limitar la atención que le pone a los comportamientos que no le gustan. Esto reduce su frecuencia, porque su hijo no recibe atención de usted. Haga clic aquí para obtener más información sobre como ignorar malos comportamientos.

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