La historia de Tiffany R.
Tiffany fumaba cigarrillos, a pesar de que su madre fumó y murió de cáncer de pulmón cuando Tiffany tenía 16 años años. “Verla sufrir fue muy doloroso”, dice. “Me sentía sola y asustada”, agrega. Aun así, Tiffany empezó a fumar al final de la adolescencia. “Muchos de los chicos con los que estudiaba fumaban, y yo quería ser aceptada en el grupo”, recuerda. Fumaba aproximadamente un paquete de cigarrillos mentolados al día, hasta que dejó de fumar completamente en el 2012, cuando su hija cumplió los 16 años.
Como parte de su plan para dejar de fumar, Tiffany cambió su rutina matutina. En vez de levantarse temprano para tomarse su taza de café y fumar, disfrutaba de una hora extra para dormir. Les pidió ayuda y apoyo a su familia y amigos. Ellos le enviaban tarjetas para animarla y la llamaban para recordarle todas las razones por las que no debería fumar nunca más. Su motivación más fuerte y duradera ha sido su hija. “No quería que mi hija pensara: ‘Caramba, mi mamá quiere más al cigarrillo que a mí'”, dice.
La biografía de Tiffany R.
Cuando Tiffany tenía 16 años, su madre, una fumadora, murió de cáncer de pulmón. Tiffany se sintió perdida y abandonada sin ella. “Verla sufrir y toser fue muy doloroso”, recuerda. “Me sentí sola y asustada, y me parecía que eso se podría haber evitado”, agrega. Aun así, Tiffany empezó a fumar cigarrillos mentolados al final de la adolescencia. “En la universidad, muchos de los chicos con los que estudiaba fumaban, y yo quería ser aceptada”, dice. Poco tiempo después, estaba fumando aproximadamente un paquete de cigarrillos mentolados al día.
Ella intento dejar de fumar a través de los años, pero no fue hasta que su propia hija cumplió los 16 años que relacionó su situación con la de su madre y realizo un serio intento para dejar de fumar. “No quería que mi hija pensara: ‘Caramba, mi mamá quiere más al cigarrillo que a mí'”, dice Tiffany.
En su esfuerzo para dejar de fumar, escogió una fecha para dejar de hacerlo, y les pidió ayuda y apoyo a su familia y amigos. Tiffany también cambió su rutina matutina. En vez de levantarse una hora antes para tomarse su taza de café y fumar, disfrutaba de una hora extra para dormir. Botó todos los cigarrillos y ceniceros de su casa y auto, y llevaba una foto de su madre, especialmente durante los viajes largos en carro, para acordarse de todo lo que su madre sufrió y de su muerte por cáncer de pulmón. Por un tiempo, evitó asistir a eventos sociales, dónde tendría la tentación de fumar. Tomaba mucha agua y empezó a hacer ejercicio más a menudo. Rápidamente descubrió que si no fumaba cigarrillos, tendría más energía y vigor. Aunque había tratado de dejar de fumar varias veces antes, el apoyo que recibió de su familia y amigos la ayudó esta vez. Ellos le enviaban tarjetas para animarla, la ayudaron a mantener una actitud positiva, y la llamaban y le recordaban todas las razones por las que no debería fumar nunca más.
Tiffany dice que durante sus intentos anteriores para dejar de fumar, usó un parche de nicotina, pero solo por unos cuantos días. Esta vez leyó y siguió todas las instrucciones. Esto la ayudó a aguantar las ganas de fumar.
Su motivación más fuerte y duradera ha sido su hija. “Ella estaba tan contenta y orgullosa cuando dejé de fumar”, dice Tiffany. “Me dijo que había rezado para que yo dejara de fumar. Y le dije, ‘dejé de fumar porque quería estar contigo’”. La quiero tanto, y al verla crecer y pensar cuánto éxito puede tener en la vida, ¡no podía imaginarme perderme nada de eso!”.
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