La historia de Nathan M.

La biografía de Nathan M.

Nathan era indoamericano, miembro de la tribu Sioux Oglala y sufrió daño pulmonar permanente. Nunca había fumado cigarrillos, pero durante 11 años trabajó en un casino donde se permitía fumar. Después de aspirar el humo de otras personas a diario, Nathan comenzó a tener ataques de asma frecuentes provocados por el humo de segunda mano. “Podías ver el humo que flotaba dentro del casino,” recordaba.

Mientras trabajó en el casino, notó más cambios en su salud. Además de los ataques de asma, comenzó a tener problemas frecuentes de irritación de los ojos, dolores de cabeza, alergias, infecciones del oído, sinusitis y bronquitis. Con el paso de los años, los síntomas empeoraron. “Un resfriado común se convertía en neumonía y yo terminaba en la sala de emergencias”, dijo. “Durante una de estas visitas, un médico que estaba mirando las radiografías de mis pulmones comentó que yo tenía pulmones de una persona que fumaba mucho. Le dije, ¡’no he fumado ni un solo día en toda mi vida!'”.

En el 2009, los médicos determinaron que las vías respiratorias de Nathan estaban gravemente afectadas por las infecciones recurrentes causadas por la exposición al humo de segunda mano; esto le generó cicatrices y dilatación anormal de las vías respiratorias, lo cual se conoce como bronquiectasia. El daño pulmonar de la bronquiectasia es permanente. Sus problemas pulmonares eran tan graves que finalmente tuvo que dejar su trabajo para evitar el humo. Solo con caminar una distancia corta, se quedaba sin aire y tenía que usar oxígeno diariamente.

Nathan y su esposa disfrutaron su matrimonio por bastantes años con cinco hijos adultos y tres nietos. Él se enorgullecía de ser una persona muy activa. De joven, prestó sus servicios en el Segundo Batallón de la División de Reconocimiento de la Infantería de Marina, en donde recibió entrenamiento como francotirador. También participó en carreras de motocicletas y recibió el patrocinio de una importante compañía fabricante de motocicletas.

Igualmente participó en competencias de baile tribales y le encantaba ser árbitro en los juegos de baloncesto de la escuela secundaria superior, lo cual hizo durante 14 años. “Ya no puedo hacer nada de eso”, comentó.

Nathan decidió que era importante compartir su historia, con la esperanza de que otros no fueran a sufrir como él. Daba charlas en escuelas, en celebraciones tribales (Pow-Wows) y en conferencias, tanto como su salud se lo permitía. Quería que todo el mundo fuera consciente de los peligros de fumar y de la exposición al humo de segunda mano.

Y en especial le apasionaba llevarles el mensaje a los jóvenes. Les insistía a los adolescentes en que no comenzaran a fumar y en que si lo hacían, dejaran ese hábito. Promovía que todas las personas protegieran a los niños del humo de segunda mano.

“Algunas personas me dicen que fuman y yo les pregunto si tienen nietos. ‘Si fumas, puedes estar llevándoles ese humo a casa a tus nietos y a sus pequeños pulmones’. Nunca fumé y miren lo que me sucedió. Quiero hacer que la gente sea consciente del daño que la exposición al humo de segunda mano puede causarles”, decía.

El humo de segunda mano al que Nathan estuvo expuesto le causó daño permanente a sus pulmones y provocó su temprana muerte. Falleció en el 2013 a los 54 años.