Puntos clave
- Casi 1 de cada 5 personas con cáncer también tiene diabetes.
- Un diagnóstico de cáncer puede alterar su plan de comidas y su manejo de la diabetes.
- Averigüe cómo el tratamiento contra el cáncer puede afectar sus niveles de azúcar en la sangre, y obtenga consejos que lo ayuden a recibir la nutrición que necesita.
El tratamiento contra el cáncer y sus niveles de azúcar en la sangre
La quimioterapia, o quimio, ayuda a eliminar o encoger las células cancerosas, pero también daña algunas células sanas. Esto puede causar efectos secundarios, como llagas en la boca, náuseas, vómitos y pérdida del apetito. Estos efectos secundarios pueden hacer que sea difícil comer, lo cual puede causar niveles bajos de azúcar en la sangre.
La radioterapia elimina las células cancerosas con rayos de alta energía. La radioterapia hace que el cuerpo libere más azúcar para sobrellevar el tratamiento. Esta reacción puede hacer que sus niveles de azúcar en la sangre suban abruptamente. La radiación también puede causar fatiga, lo cual puede hacer que seguir su plan de comidas y actividad física sea más difícil.
La terapia hormonal se usa a menudo para tratar el cáncer de próstata y de mama. Este tratamiento impide que las células cancerosas obtengan las hormonas que necesitan para reproducirse. Pero puede causar náuseas y fatiga. Estos efectos secundarios pueden hacer que consumir comidas nutritivas y mantenerse activo sea difícil.
Además, los otros medicamentos que se usen para tratar su cáncer podrían afectar sus niveles de azúcar en la sangre. A menudo se administran corticosteroides con la quimioterapia para reducir las náuseas y los vómitos. Pero estos medicamentos elevan los niveles de azúcar en la sangre.
A pesar de estos efectos secundarios, el manejo de la diabetes no tiene que pasar a segundo plano durante el tratamiento del cáncer. De hecho, el manejo de los niveles de azúcar en la sangre podría beneficiar el tratamiento del cáncer al reducir el riesgo de contraer infecciones.
Qué comer si tiene diabetes y cáncer
Los días que se sienta lo suficientemente bien, trate de seguir un plan de comidas balanceado que apoye el manejo de la diabetes. A veces no tendrá ganas de comer. Es normal tener momentos difíciles, por eso, no restrinja demasiado su alimentación.
Si pierde el interés en comer o baja de peso rápidamente, hable con su equipo de cuidados de la salud para la diabetes y su equipo de tratamiento contra el cáncer. Si fuera necesario, quizás quiera probar:
Alimentos con más calorías o proteínas, pero aún saludables
Puede ser difícil comer una comida grande cuando se pierde el apetito. Pero comer pequeñas porciones de alimentos altos en calorías le puede dar la nutrición que necesita. Por ejemplo, le puede agregar aguacate, aceite de oliva, huevos duros, frijoles, arvejas, frutos secos o semillas a una ensalada. También puede probar leche o yogur altos en proteínas.
Alimentos que mejoran el apetito
Los alimentos que son naturalmente dulces, como las bananas y las mantequillas de frutos secos, podrían ayudar a estimular el apetito. Las sustancias agrias o ácidas como el jugo de limón y el vinagre también pueden mejorar el apetito al estimular la producción de saliva.
Alimentos que usted disfrute
Tener diabetes no significa que no pueda disfrutar cantidades moderadas de sus alimentos favoritos. Esto puede ayudar a mantenerlo motivado durante el tratamiento del cáncer. Atrévase a probar algunos alimentos saludables que antes no le gustaban. El tratamiento contra el cáncer puede cambiar el sabor de los alimentos, ¡quizás descubra un nuevo favorito!
El apoyo de los cuidadores
Si está cuidando a un ser querido con diabetes y cáncer, usted cumple un papel importante al ayudarlo a comer bien. Estas son algunas medidas que pueden tomar:
Lleve un registro de lo que coma su ser querido, y de sus niveles de azúcar en la sangre. Comparta este registro de salud con los miembros de su equipo de cuidados de la salud. Ellos pueden ayudarlo a encontrar un plan de alimentación que apoye el manejo de la diabetes y el tratamiento del cáncer.
Prepare cinco o seis comidas pequeñas a lo largo del día en lugar de tres comidas grandes, de ser posible. Comer porciones pequeñas lentamente puede ayudar con la falta de apetito y puede ayudar a prevenir los aumentos abruptos en los niveles de azúcar en la sangre. Considere preparar comidas por adelantado y congelarlas para ahorrar tiempo.
Mantenga refrigerios saludables a mano. Algunos ejemplos incluyen manzanas en rodajas con mantequilla de cacahuete, yogur con fresas o galletas de grano entero.
No se culpe a sí mismo ni a su ser querido si tiene dificultad para comer. Incluso con sus mejores esfuerzos, su ser querido puede perder el apetito por los efectos secundarios del tratamiento contra el cáncer. Hable con los miembros de su equipo de cuidados de la salud sobre lo que está haciendo y en qué podría necesitar ayuda.
Tener tanto diabetes como cáncer puede ser un desafío, pero usted no está solo. Pregúntele a su equipo de cuidados de la salud cómo manejar ambas enfermedades al mismo tiempo. Y hay más ayuda disponible a través de los servicios de educación y apoyo para el automanejo de la diabetes (DSMES, por sus siglas en inglés).