El lugar en donde viva, trabaje, se entretenga y aprenda la persona puede influir en la cantidad de calor a la que se exponga. Se pueden encontrar islas de calor, áreas donde las temperaturas son más altas que las de las áreas circundantes, a menudo en los vecindarios de las ciudades en los que hay menos árboles y espacios verdes que proporcionen enfriamiento, y más pavimento y superficies oscuras que retengan el calor. Las islas de calor son comunes en las comunidades urbanas de bajos recursos.
Las comunidades rurales también enfrentan riesgos para la salud debidos al calor y se ha encontrado que tienen tasas más altas de utilización de atención médica relacionada con el calor que las áreas urbanas. En las comunidades rurales, una mayor cantidad de personas podría trabajar al aire libre, y el acceso a medios o áreas de enfriamiento podría ser más limitado en comparación con las áreas urbanas.
Las personas que pasan tiempo al aire libre en los días de calor, particularmente las que hacen actividades físicas que implican mucho esfuerzo, están en mayor riesgo de tener consecuencias en la salud relacionadas con el calor. Esto incluye a los trabajadores de granjas y agrícolas, los trabajadores de la construcción, los trabajadores de jardinería, el personal militar y las personas que hacen ejercicio o participan en actividades recreativas o deportivas al aire libre. Usar equipo de protección personal al trabajar o hacer actividades recreativas puede hacer que el cuerpo se caliente más.