Directrices clínicas sobre el calor y el embarazo

Puntos clave
  • Recuerde a las mujeres embarazadas que revisen el pronóstico de HeatRisk a diario durante los meses cálidos y que tomen medidas de protección cuando el nivel esté en anaranjado o en un nivel mayor, porque el calor puede ser dañino para la salud de la mujer embarazada en cualquier trimestre.
  • Hay varias formas de mantenerse saludables cuando hace calor afuera. Cree un plan de acción contra el calor con sus pacientes que estén en estado de embarazo.
  • La exposición al calor puede ser dañina para la salud de las mujeres embarazadas y dar lugar incluso a trastornos hipertensivos y complicaciones del embarazo. Un solo día de mucho calor podría aumentar el riesgo.
  • Anime a sus pacientes en estado de embarazo a revisar también el índice de calidad del aire (AQI, por sus siglas en inglés) y a tomar medidas de protección cuando esté por arriba de 100, ya que los días calurosos pueden empeorar la calidad del aire. Respirar aire contaminado puede ser dañino para las mujeres embarazadas.
  • Revisen los medicamentos comúnmente recetados, como los antihistamínicos o los medicamentos antihipertensivos para mujeres embarazadas, dado que pueden aumentar la sensibilidad al calor. La revisión periódica de los medicamentos, así como la educación del paciente sobre la reducción de riesgos antes y durante la temporada de calor, pueden prevenir daños.
Información general

Este documento con directrices tiene el objetivo de ayudar a apoyar sus conversaciones con las mujeres embarazadas sobre el efecto que tiene el calor en el embarazo. La información que les brinde puede empoderarlas para que tomen medidas durante los días de calor. Aunque no todas las personas podrán tomar todas las medidas, cada medida que tomen puede ayudar a las mujeres embarazadas a mantenerse saludables durante los días de calor.

Factores de riesgo

El embarazo y la exposición al calor

Estar al aire libre puede dar muchos beneficios para la salud. La exposición al calor, sin embargo, puede ser dañina para la salud de las mujeres embarazadas y dar lugar incluso a trastornos hipertensivos y complicaciones del embarazo. El calor puede agregarle más estrés al corazón y sistema cardiovascular, que ya están experimentando los cambios fisiológicos normales del embarazo, como mayor volumen sanguíneo, gasto cardiaco y frecuencia cardiaca.

La exposición al calor durante cualquier trimestre ha sido asociada a desenlaces adversos del embarazo, como parto prematuro, muerte fetal y bajo peso del bebé al nacer. Además, la exposición al calor durante el primer trimestre del embarazo puede aumentar el riesgo de que se produzcan ciertos defectos de nacimiento.

El riesgo de desenlaces adversos del embarazo aumenta al incrementar la temperatura y el tiempo de exposición al calor; sin embargo, este riesgo podría aumentar con un solo día de altas temperaturas, que se definen como temperaturas superiores al percentil 95 de la mediana.

El calor, la calidad del aire y el embarazo

Los días de calor pueden facilitar niveles no saludables de contaminantes en el aire, como ozono, materia particulada fina y dióxido de azufre. Respirar aire contaminado causa inflamación y cambios epigenéticos que pueden interferir en flujo de sangre en la placenta y el desarrollo, y facilitar la formación de coágulos de sangre. La exposición a ambas condiciones juntas, el calor y la contaminación en el aire, puede aumentar el riesgo de desenlaces adversos del embarazo, como parto prematuro, en comparación con la exposición a cualquiera de estas condiciones sola.

El tiempo seco y caluroso también puede aumentar el riesgo de incendios forestales. Los contaminantes en el humo de los incendios forestales están asociados a desenlaces adversos del embarazo.

Respirar aire contaminado puede ser particularmente peligroso para las mujeres embarazadas que tienen asma. El asma puede contribuir a complicaciones y desenlaces adversos del embarazo, como nacimiento prematuro, bajo peso al nacer y mortalidad perinatal. Y las probabilidades aumentan en las personas embarazadas con asma que se exponen a mala calidad de aire. Las mujeres embarazadas con asma podrían beneficiarse de incluir medidas para reducir su exposición al calor y a aire de mala calidad tanto en sus planes de acción contra el calor como en sus planes de acción para el control del asma.

Las mujeres embarazadas que trabajan en ambientes calurosos posiblemente puedan solicitar adaptaciones razonables en su lugar de trabajo para reducir el estrés por calor; por ejemplo, más descansos para refrescarse, hidratarse y usar el baño.

El calor, los medicamentos y el embarazo

Muchos medicamentos, incluidos los de venta sin receta, pueden alterar la tolerancia al calor y la capacidad del cuerpo para regular su temperatura. Los medicamentos pueden reducir la capacidad del cuerpo para sudar y, por lo tanto, enfriarse. Esto puede predisponer a las personas a enfermedades por calor durante los días calurosos.

Los medicamentos que se recetan comúnmente en el embarazo, incluidos los que se usan para tratar la presión arterial alta, pueden amplificar los efectos de la exposición al calor, como los desequilibrios hidroelectrolíticos y la deshidratación. La deshidratación y el desequilibrio hidroelectrolíticos pueden aumentar los eventos adversos, como los síncopes, las arritmias y los coágulos de sangre. La deshidratación también puede contribuir a lesiones renales por el uso de medicamentos nefrotóxicos y también puede aumentar los niveles en la sangre de los medicamentos, lo cual puede causar eventos adversos. Por último, muchos medicamentos, incluidos ciertos antibióticos, pueden aumentar la sensibilidad de la piel al sol.

Poner atención a la exposición al calor como un componente de la selección cuidadosa de medicamentos durante el embarazo puede prevenir el daño a las mujeres embarazadas. La página sobre el calor y los medicamentos ofrece más información que puede fundamentar las directrices para los pacientes.

Manejo del paciente

Tome estas 5 medidas para ayudar a sus pacientes que estén en estado de embarazo a protegerse durante los días de calor, y documéntenlas juntos en un plan de acción contra el calor.

  1. Evalúe los factores de riesgo que podrían aumentar las probabilidades de que el calor o la mala calidad del aire lleven a complicaciones del embarazo.
    • Pregunte sobre el estado inicial de las condiciones médicas subyacentes que podrían aumentar el riesgo de daño por el calor durante el embarazo, como el asma y la hipertensión.
    • Use el cuestionario CHILL’D-OUT para evaluar los factores de riesgo. Si tiene una cantidad limitada de tiempo, haga las preguntas en negrita.
      • Enfriamiento
        • ¿Tiene el paciente aire acondicionado que funcione en su casa?
        • ¿Puede revisar y controlar la temperatura interior en donde vive?
        • ¿Tiene un ventilador eléctrico?
        • ¿Sabe cómo encontrar un centro para refrescarse, de ser necesario?
      • Vivienda
        • ¿Tiene su paciente vivienda estable?
        • ¿Vive en uno de los pisos más altos de un edificio donde podría exponerse a más calor?
        • ¿Se expone regularmente a contaminantes del aire interior, como humo de segunda mano o moho?
        • ¿Tiene un purificador de aire portátil o filtro en su sistema de calefacción, ventilación y aire acondicionado?
      • Aislamiento y movilidad
        • ¿Tiene su paciente algún vecino, amigo o familiar que pueda chequear cómo está en los días de calor?
        • ¿Tiene algún problema de movilidad que pueda limitar su capacidad para conseguir refrescarse en su casa u otro lugar?
      • Electricidad
        • Si el calor provoca un apagón, ¿tiene su paciente un plan para los medicamentos que deben refrigerarse o los dispositivos médicos eléctricos, como los nebulizadores, respiradores o concentradores de oxígeno?
      • Información
        • ¿Revisa su paciente el pronóstico del tiempo diario, u hora por hora, para saber cuál será el momento más caluroso del día? ¿Puede accesar la herramienta HeatRisk?
        • ¿De dónde obtiene su paciente información sobre cómo proteger su salud contra el calor y qué medidas tomar para hacerlo?
      • Medicamentos
        • ¿Toma su paciente medicamentos que aumentan el riesgo por exposición al calor?
      • Aire libre
        • ¿Cuánto tiempo pasa su paciente al aire libre durante los días de calor, sea por trabajo, deporte o recreación?
        • ¿Se expone a la contaminación del aire exterior en su casa, su trabajo u otro lugar, por ejemplo, en una autopista muy transitada, un sitio de construcción, un establecimiento industrial o el humo de incendios forestales frecuentes?
        • ¿Tiene alergia al pasto, las malezas o el polen de los árboles?
  1. Eduque a sus pacientes sobre cómo mantenerse frescos durante los días de calor.
    • Revise la herramienta HeatRisk con sus pacientes. La herramienta delinea cómo podría suceder cada nivel (color) de riesgo de HeatRisk y sugiere medidas que las personas pueden tomar al nivel de cada color.
    • La mayoría de los pacientes puede empezar a tomar medidas cuando el nivel de HeatRisk llegue a anaranjado.
      • Algunas personas serán sensibles al calor cuando el nivel de riesgo de HeatRisk esté en amarillo y necesitarán tomar medidas a este nivel. Dígales a sus pacientes que monitoreen sus síntomas cuando el nivel de riesgo esté en amarillo y anaranjado, y que le avisen si ese es su caso.
    • Repase con sus pacientes los signos de enfermedad relacionada con el calor y los signos de advertencia en el embarazo. Los síntomas de enfermedad por calor incluyen abundante sudoración, calambres musculares, debilidad, aturdimiento, dolor de cabeza, náuseas, vómitos y contracciones precoces. Creen un plan juntos sobre cuándo buscar atención médica.
    • Aconseje a sus pacientes sobre cómo mantenerse frescos cuando estén al aire libre en cada nivel de riesgo de la herramienta HeatRisk. Además, cuando estén afuera, todos pueden:
      • Usar ropa liviana y holgada que cubra los brazos y las piernas, un sombrero de ala ancha que proteja la cara, las orejas y la nuca del sol, y lentes de sol.
      • Aplicarse un protector solar de amplio espectro que filtre los rayos UVA y UVB. El protector solar debe tener un factor de protección solar (SPF) de 30 o mayor.
    • Recuérdeles a sus pacientes que traten de programar sus actividades para las horas más frescas del día o la tarde de ser posible.
    • Hable con sus pacientes sobre cómo mantenerse frescos cuando estén adentro. Ellos pueden:
      • Usar un aparato de aire acondicionado, si tienen, o encontrar un sitio que lo tenga. Con pasar siquiera unas horas en un sitio fresco pueden reducir el riesgo de tener problemas de salud por el calor.
      • Usar ventiladores, pero solo si la temperatura interior es de menos de 90 °F. Cuando las temperaturas están por arriba de los 90 °F, los ventiladores pueden aumentar la temperatura del cuerpo.
    • Remita a los pacientes que necesiten asistencia con los costos de la energía al Programa de Asistencia con el Pago del Suministro de Energía para Hogares de Bajos Ingresos (LIHEAP, por sus siglas en inglés).
    • Dirija a sus pacientes a información sobre recursos públicos, como centros para refrescarse, piscinas y áreas recreativas con chorros de agua. Se puede encontrar la ubicación de los centros para refrescarse más cercanos llamando al 2-1-1, consultando recursos públicos o comunicándose con la agencia de manejo de emergencias y el departamento de salud locales.
  1. Eduque a sus pacientes sobre cómo mantenerse hidratados.
    • Revise los signos y síntomas de deshidratación, que incluyen:

Piel fría y húmeda
Mareos o sensación de aturdimiento
Latido cardiaco rápido
Sudar mucho o no poder sudar
Fatiga
Dolor de cabeza
Espasmos o calambres musculares

Náuseas
Calambres abdominales
Hinchazón en las extremidades
Orina de color más oscuro
Orinar con poca frecuencia
Sed
Contracciones precoces

    • Recalque la importancia de consumir líquidos y alimentos con regularidad y constancia a lo largo del día.
    • Aconséjeles que consideren limitar las bebidas con más contenido de azúcares, sodio y cafeína de ser posible, ya que podrían causar deshidratación. Vea el punto 4 de las Guías Alimentarias.
    • Dígales que beber agua es generalmente la mejor opción, pero que podrían necesitar bebidas deportivas con electrolitos si sudan durante varias horas.
    • Si sus pacientes tienen náuseas, vómitos y diarrea necesitarán poner particular atención a evitar deshidratarse y a presentar un desequilibrio hidroelectrolítico, lo cual puede aumentar con la exposición al calor.
  1. Eduque a sus pacientes sobre la calidad del aire, ya que el calor empeora la calidad del aire, lo cual les afecta la salud.
    • Revise el índice de calidad del aire (AQI, por sus siglas en inglés) con sus pacientes en el panel de información de HeatRisk, en la app del teléfono para el pronóstico del tiempo o en airnow.gov. Asegúrese de que sepan cómo accesar, entender y usar la información; por ejemplo, qué medidas pueden tomar según el nivel específico de calidad del aire.

Acerca del índice de calidad del aire (AQI) y medidas a considerar para cada nivel

El índice de calidad del aire se basa en los contaminantes comunes del aire, como el ozono a nivel del suelo, las partículas contaminantes, el monóxido de carbono, el dióxido de azufre y el dióxido de nitrógeno. Los valores varían de 1 a 500, y los más altos corresponden a una menor calidad del aire y a mayores preocupaciones de salud.

Cuando el número supera los 100, se considera que el aire de afuera no es saludable para los grupos de personas sensibles, incluidas las mujeres embarazadas. En los días en que el índice esté por arriba de 100, está bien que vayan afuera, pero pueden considerar tomar más descansos o hacer actividades menos intensas. Si tienen asma, pueden seguir su plan de acción para el control del asma y mantener a mano sus medicamentos de alivio rápido.

Algunas mujeres embarazadas podrían ser sensibles a la contaminación del aire cuando el índice de calidad del aire está entre 51 y 100. Pídales que usen el índice de calidad del aire para evaluar si tienen más síntomas cuando está entre 51 y 100. De ser así, remítalas a las medidas que pueden tomar las personas sensibles a mala calidad de aire.

Tenga en cuenta que, el índice de calidad del aire no incluye los niveles de polen. Esto significa que algunos días, el índice de calidad del aire podría estar bajo, aunque haya altos niveles de polen en el aire.

    • Revise las medidas para tener buena calidad de aire interior.
      • Medidas para tener buena calidad de aire interior
        • Recuérdeles que el aire interior puede estar tan contaminado como el exterior.
        • Informe a sus pacientes que el humo de los cigarrillos y de los cigarrillos electrónicos, las velas y los ambientadores o desodorantes de ambiente son fuentes interiores de contaminación del aire.
        • De ser posible, cuando estén cocinando adentro, deberían dejar entrar aire de afuera.
        • Anime a sus pacientes a dejar entrar aire limpio de afuera cuando el índice de calidad del aire esté por debajo de 100 (o por debajo de 50 en el caso de los pacientes sensibles).
      • Acerca de los filtros de aire
        • Hable sobre los purificadores de aire, también conocidos como limpiadores de aire o filtros de aire, que se usan en los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC, por sus siglas en inglés). Si bien estos dispositivos no pueden eliminar todos los contaminantes del aire, cuando se usan de la manera correcta, sí pueden eliminar muchos y mejorar la calidad del aire interior. Puede encontrar una lista de purificadores portátiles aquí.
        • Algunos hogares tienen sistemas de HVAC con filtros remplazables. Estos filtros tienen una calificación MERV (Valor de Informe de Eficiencia Mínima) o han sido designados filtros HEPA (de alta eficiencia para partículas en el aire). Para eliminar eficazmente la contaminación del aire interior, se pueden usar filtros HEPA con calificación de MERV de 13 o mayor.
        • Los filtros de aire deberían remplazarse regularmente. La frecuencia con que se deban remplazar dependerá de la cantidad de contaminación presente en el aire, pero puede hacerse cada 60-90 días.
        • Recurrir a purificadores de aire hechos en casa podría ser una alternativa más económica y accesible que las versiones comerciales para eliminar las partículas de humo. Estos se pueden hacer usando un ventilador de caja y un filtro de alta eficacia para hogares.
  1. Haga un plan para el manejo de los medicamentos para los días en que el nivel de riesgo de HeatRisk esté en anaranjado, rojo o magenta.
    • Aconséjeles a sus pacientes en estado de embarazo que tomen todos los medicamentos según las indicaciones, a menos que usted u otro médico les digan otra cosa.
    • En el caso de las personas embarazadas que tengan asma, revise el plan de acción para el control del asma y tenga en cuenta los cambios en la medicación que podrían ser necesarios para los días de calor.
    • Repase con ellos la lista de sus medicamentos, y resalte los medicamentos que podrían reducir su tolerancia al calor, como algunos antihistamínicos, o los que podrían necesitar ajustes debido a las interacciones con el mayor nivel de calor. Vea la página web sobre el calor y los medicamentos para obtener más información.
    • Proporcione directrices sobre cómo guardar los medicamentos, especialmente los que lleven consigo, como los inhaladores, que pueden dejar de funcionar bien o estallar con las altas temperaturas. Dígales que no dejen los medicamentos en un auto ni en otros lugares que puedan ponerse muy calientes. Recuérdeles que la insulina puede degradarse con el calor y que debe refrigerarse.
    • Si toman algún medicamento que pueda causarles sensibilidad al sol, como ciertos antibióticos, aconséjeles limitar su exposición al sol. Para evitar las quemaduras de sol, las cuales pueden facilitar la deshidratación, recomiende que usen un protector solar con un SPF de 30 o mayor, usen un sombrero y ropa que los proteja del sol y que intenten quedarse adentro durante las horas más calurosas del día.
    • En caso de que se produzca un apagón, planifique lo que deben hacer con los medicamentos que requieran refrigeración (como la insulina), los dispositivos de administración de medicamentos (como los nebulizadores) y los dispositivos médicos eléctricos (como los ventiladores y concentradores de oxígeno).