La historia de Becky H.

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Conozca a Becky H.

Becky era una estudiante de intercambio de escuela secundaria superior que estaba viviendo en Alemania cuando comenzó a fumar cigarrillos. Pensaba que fumar la ayudaría a ser aceptada por los miembros de su familia anfitriona y también por sus nuevos amigos. Con el tiempo, se dio cuenta de que tenía dificultad para dejar de fumar.

A los 45 años, le diagnosticaron la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (epoc), una enfermedad grave de los pulmones que gradualmente dificulta más y más la respiración. Continuó fumando cigarrillos después del diagnóstico. Luego, en el 2012, una tarde no podía respirar cuando iba saliendo del trabajo. Trató de no entrar en pánico, pero se dio cuenta de que necesitaba ayuda médica de inmediato. Becky recordaba haber despertado en la unidad de cuidados intensivos del hospital y estar frente a la mayor batalla de su vida.

Becky necesitaba oxígeno continuamente para poder respirar, pero estaba agradecida de haber dejado de fumar. Ella ayudaba a educar a los demás acerca de los peligros de fumar y animaba a las personas que fumaban para que dejaran de hacerlo. Becky decía: “Cada vez que me daban ganas de fumar, pensaba ‘escojo no fumar hoy’”. Becky falleció de epoc en el 2023 a los 62 años de edad.

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La biografía de Becky H.


Becky comenzó a fumar cigarrillos cuando era una estudiante de intercambio de escuela secundaria superior que estaba viviendo en Alemania. Algunos de los miembros de su familia anfitriona y de sus nuevos amigos fumaban, “así que comencé a fumar para sentirme aceptada”, decía.

Becky

Después de graduarse de la universidad en Ohio, Becky estudió Derecho para cumplir su sueño de trabajar como defensora pública.

Durante los años siguientes, tuvo episodios de bronquitis y una tos molesta. Trató de dejar de fumar, pero se dio cuenta de que no podía dejar de hacerlo, pese a las advertencias de sus médicos de que fumar podría dañar su salud. “Simplemente no quería oír lo que me decían”, afirmaba.

A los 45 años, Becky recibió el diagnóstico de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (epoc), una enfermedad grave de los pulmones que gradualmente dificulta más y más la respiración. Sin embargo, continuó fumando.

En el 2012, Becky a menudo se sentía sin aliento y sin energía. “No podía nadar ni seguir el ritmo de mis hijos. Era más lenta que una tortuga”, recordaba. Un día, al salir del trabajo, no podía respirar. Aterrorizada, llamó al 911. Cuando llegó la ambulancia, los paramédicos le dieron oxígeno inmediatamente para ayudarla a respirar. Lo siguiente que ella recordaba era despertarse en la unidad de cuidados intensivos del hospital.

Después de que le dieron el alta, Becky vio a un especialista en pulmones. Él le dio malas noticias: necesitaría un trasplante de pulmón. “No estaba esperando algo así. Eso me derrumbó por completo. No imaginé que eso me podría ocurrir”, dijo Becky.

Trató de dejar de fumar cigarrillos, pero siguió con una fumadita o dos de vez en cuando. Pronto se dio cuenta de que si quería vivir tenía que dejarlo del todo. “Finalmente dejé los cigarrillos del todo cuando se me hizo obvio que los malditos realmente me iban a matar. Ya me habían robado tanto; no iba a dejar que acabaran con mi vida”, decía.

Finalmente, Becky renunció a su trabajo para dedicar su tiempo y energía a la rehabilitación pulmonar. La rehabilitación pulmonar es un programa médico intensivo diseñado para ayudar a las personas con problemas para respirar y puede incluir lo siguiente:

  • Educación acerca de cómo controlar la afección pulmonar
  • Técnicas para conservar energía
  • Estrategias de respiración
  • Ejercicios de entrenamiento
  • Consejería nutricional
  • Consejería o grupos de apoyo

Aunque Becky se mantuvo libre de humo de cigarillo, necesitaba llevar consigo el tanque de oxígeno adondequiera que fuese. Valoraba los beneficios del oxígeno continuo que le proporcionaba el tanque para mantenerla viva. “El oxígeno me da libertad. Me permite levantarme y hacer cosas, en lugar de estar en cama todo el día”, decía.

Becky lamentaba haber hecho pasar a su familia por una situación tan difícil, especialmente a sus hijas. “No es la infancia que imaginé para ellas. Ciertamente no son los años de adolescencia que imaginé”, afirmaba.

Becky creía con vehemencia en la importancia de ver a un médico si se tiene algún síntoma de epoc. Debido a su propia experiencia, fue abierta y franca con las demás personas acerca de los riesgos de salud asociados a fumar. Cuando la gente le preguntaba sobre su tanque de oxígeno, ella decía: “Les digo la verdad: ‘¿Sabes? Me ayuda a respirar. Y lo necesito porque fumaba’”. Becky falleció de epoc en el 2023 a los 62 años de edad.

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