Qué necesita saber
Usted puede reducir su riesgo de contraer cáncer tomando decisiones saludables.
Evitar el consumo de tabaco
Consumo de cigarrillos
El cáncer de pulmón es la causa principal de muerte por cáncer, y fumar cigarrillos es el factor de riesgo principal para contraer cáncer de pulmón. En los Estados Unidos, fumar cigarrillos está vinculado a alrededor del 80 % a 90 % de las muertes por cáncer de pulmón. El consumo de tabaco puede causar cáncer en casi cualquier parte del cuerpo. Visite espanol.smokefree.gov para aprender cómo puede dejar de fumar.
Humo secundario
El humo del cigarrillo, las pipas o los puros que fuman otras personas (humo secundario) también causa cáncer de pulmón. Cuando respira el humo secundario, es como si estuviera fumando.
Aprenda más sobre el tabaco y el cáncer.
Los beneficios de dejar de fumar
Este video animado muestra los múltiples beneficios de dejar de fumar.
Proteger su piel del sol
El cáncer de piel es el tipo de cáncer más común en Estados Unidos. La exposición a los rayos ultravioleta (UV) del sol y a las camas solares parece ser el factor ambiental más importante en la aparición del cáncer de piel. Para ayudar a prevenir el cáncer de piel y también poder disfrutar el aire libre, protéjase del sol quedándose en la sombra, poniéndose protección solar y usando ropa para protegerse del sol, así como un sombrero y gafas de sol.
Limitar el consumo de alcohol
El consumo de alcohol aumenta su riesgo de presentar seis tipos de cáncer. Cuanto menos alcohol consuma, menor será su riesgo de cáncer.
Mantener un peso saludable
Tener sobrepeso u obesidad está vinculado a un mayor riesgo de presentar 13 tipos de cáncer. Estos cánceres constituyen hasta un 40 % de todos los tipos de cáncer diagnosticados en los Estados Unidos cada año.
Hacerse la prueba de la hepatitis C
Hepatitis es la inflamación del hígado y su causa más frecuente es un virus. En los Estados Unidos, el tipo de hepatitis viral más común es la hepatitis C. Con el pasar del tiempo, la hepatitis C crónica puede causar problemas graves como daños del hígado, cirrosis, insuficiencia hepática o cáncer del hígado. Los CDC recomiendan que la mayoría de los adultos se hagan la prueba de detección de la hepatitis C.