Volumen 8: N.o 3, mayo de 2011
Karl W. Staser; Terrell W. Zollinger, DrPH; Robert M. Saywell Jr, PhD,
MPH; Srujana Kunapareddy, MPH; P. Joseph Gibson, PhD; Virginia A. Caine, MD
Citación sugerida para este artículo: Staser KW,
Zollinger TW, Saywell Jr RM; Kunapareddy S, Gibson PJ Caine VA. Hábitos
alimentarios asociados al consumo de frutas y verduras, condado de Marion,
Indiana, 2005. Prev Chronic Dis 2011;8(3):A66.
http://www.cdc.gov/pcd/issues/2011/may/10_0091_es.htm. Consulta: [fecha].
REVISADO POR EXPERTOS
Resumen
Introducción
El consumo insuficiente de frutas y verduras afecta negativamente el estado
de salud, y la mayoría de los estadounidenses no llegan a cumplir con las
cantidades recomendadas por los Centros para el Control y la Prevención de
Enfermedades de consumir al menos 2 porciones de frutas y 3 porciones de
verduras por día. Este estudio evaluó las conductas asociadas al consumo de
frutas y verduras en adultos.
Métodos
Una encuesta telefónica aleatoria transversal a 4,784 adultos que viven en
el condado de Marion (Indianápolis), Indiana, midió las características
demográficas, datos personales de salud, consumo de alimentos, uso de las
etiquetas de los alimentos y otros hábitos alimentarios. Se usó regresión
logística multivariada para evaluar la asociación entre determinados hábitos
alimentarios y el consumo de frutas y verduras, con control según las
características demográficas.
Resultados
Las conductas asociadas con el consumo adecuado de frutas y verduras frente
al inadecuado, fueron el consumo frecuente de alimentos saludables como
refrigerios (razón de probabilidad [OR], 2.54), comer en casa (OR, 2.09),
tomar en cuenta las etiquetas nutricionales al hacer las compras (OR, 1.52)
y tomar en en cuenta los símbolos de "saludable para el corazón" (heart
healthy) y otras etiquetas informativas al seleccionar los platillos de
los restaurantes (OR, 1.41). El consumo frecuente de carnes rojas estaba
asociado negativamente con el consumo adecuado de frutas y verduras (OR,
0.64).
Conclusiones
Refrigerios saludables, tomar en cuenta las etiquetas nutricionales y
alimentarse con comidas preparadas en casa puede mejorar la calidad de la
alimentación. Es posible que nuestra medición sobre el consumo adecuado sea
útil también para estudios futuros que evalúan las conductas alimentarias y
la composición de la dieta.