Volumen
8: n.o 1, enero de 2011
Janet E. Whatley Blum, ScD; Christina M. Beaudoin, PhD; Liam M. O’Brien, PhD; Michele Polacsek, PhD; David E. Harris, PhD; Karen A. O’Rourke, MPH
Citación sugerida para este artículo: Whatley Blum JE, Beaudoin CM, O’Brien LM, Polacsek M, Harris DE, O’Rourke KA. Impacto de las políticas estatales de Maine sobre nutrición en entornos alimentarios de la escuela secundaria superior. Prev Chronic Dis 2011;8(1):A19. http://www.cdc.gov/pcd/issues/2011/jan/09_0241_es.htm. Consulta: [fecha].
REVISADO POR EXPERTOS
Resumen
Introducción
Evaluamos el efecto del impacto de las políticas estatales de Maine sobre nutrición en entornos alimentarios de escuelas públicas secundarias (Artículo 51), que prohíbe ofrecer “alimentos de mínimo valor nutricional” (FMNV) en las escuelas secundarias públicas que participan en los programas de alimentación que reciben apoyo federal. Documentamos las excepciones permitidas en esta política y describimos los entornos alimentarios escolares.
Métodos
Enviamos encuestas a 89 directores de alimentos de escuelas secundarias para evaluar la disponibilidad de refrescos, otras bebidas endulzadas con azúcar y comida chatarra antes y después de la implementación del capítulo 51 de la política. Los datos de frecuencia fueron tabulados antes y después del artículo 51 y se usó la prueba estadística de Fisher para evaluar la significancia de los cambios. Realizamos inventarios de alimentos y bebidas en 11 escuelas secundarias.
Resultados
La tasa de respuesta de la encuesta fue del 61% (N = 54). La disponibilidad de refrescos en las máquinas expendedoras de las escuelas disminuyó significativamente después de que entró en vigencia el capítulo 51 (P = .04). No se observaron cambios significativos en otras bebidas endulzadas con azúcar y alimentos chatarra. Se permitieron excepciones al capítulo 51 de la política para el personal (67%), el público en general (86%) y los participantes de programas profesionales y técnicos. En los inventarios realizados en un subgrupo de escuelas no se encontraron refrescos para estudiantes, mientras que sí se encontraron disponibles en cantidades considerables otras bebidas endulzadas con azúcar y comida chatarra vendidas individualmente, en máquinas expendedoras y tiendas escolares. Se encontró una disponibilidad ilimitada de dulces, que se consideran alimentos de mínimo valor nutricional. Con frecuencia se observaron anuncios publicitarios de refrescos en las escuelas.
Conclusiones
Las opciones de alimentos de venta a estudiantes mejoraron después de la implementación del capítulo 51 de la política; sin embargo, el uso del concepto de “alimentos de mínimo valor nutricional” como una política estándar puede tener sus limitaciones, dado que se observó en forma generalizada la disponibilidad de bebidas endulzadas con azúcar y comida chatarra. Los entornos escolares no apoyaron necesariamente la política, por cuanto era frecuente encontrar anuncios publicitarios de refrescos y se encontraban disponibles algunos “alimentos de mínimo valor nutricional”. Además, las excepciones locales a la norma del capítulo 51 reducen el efecto general de la política.