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Volumen 4: Nº 2, abril 2007
HERRAMIENTAS & TÉCNICAS
Programas en las escuelas: lecciones aprendidas de los programas CATCH, Planeta Salud y Sin Tabaco
Adele L. Franks, MD, Steven H. Kelder, PhD, Geri A. Dino, PhD, Kimberly A. Horn, EdD, MSW, Steven L. Gortmaker, MS, PhD, Jean L. Wiecha, PhD, Eduardo J. Simoes, MD, MSc, MPH
Citas sugeridas para este artículo: Franks AL, Kelder SH, Dino GA, Horn KA, Gortmaker SL, Wiecha JL,
et al. Programas en las escuelas: lecciones aprendidas de los programas CATCH, Planeta Salud y Sin Tabaco. Prev Chronic Dis [serie publicada on-line]
abril 2007 [fecha de la cita]. Disponible en: http://www.cdc.gov/pcd/issues/2007/
apr/06_0105_es.htm.
Resumen
La adopción de hábitos saludables en la juventud puede ayudar a prevenir muchos problemas de salud crónicos que podrían aparecer más adelante y que son atribuibles a una alimentación poco saludable, a un estilo de vida sedentario y al sobrepeso. Por este motivo, a muchos profesionales de la salud pública les interesa trabajar con los sistemas escolares para
llegar a los niños en el entorno escolar, si bien la poca familiaridad con el funcionamiento de las escuelas puede ser un escollo importante para una colaboración efectiva con las mismas.
Describimos las lecciones aprendidas a partir de tres programas exitosos de promoción de la salud en las escuelas, desarrollados y difundidos a través de la colaboración entre los profesionales de la salud pública, las instituciones académicas y el personal de las escuelas. Dos de estos programas, Esfuerzos Coordinados para la Salud Infantil (CATCH, por sus siglas en
inglés) y Planeta Salud se centraban en la actividad física y la nutrición adecuada de los niños de escuela elemental y media, en tanto un programa, Sin Tabaco (Not-On-Tobacco o N-O-T), se centraba en estrategias para dejar de fumar apuntadas a los adolescentes.
Algunas de las características más importantes de estos programas de salud escolar son: 1) la identificación del personal y de los recursos necesarios para la implementación y la difusión del programa; 2) la participación de las partes interesadas (docentes, estudiantes, personal escolar, padres, organizaciones sin fines de lucro y organizaciones profesionales)
durante todas las etapas del desarrollo y la divulgación del programa); 3) la planificación de la difusión de los programas al inicio del proceso de desarrollo y de prueba; y 4) una evaluación rigurosa de las intervenciones para determinar su efectividad. A partir de las lecciones aprendidas de estos programas, los autores hacen recomendaciones a quienes deseen trabajar con
los jóvenes en las escuelas.
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