Volumen 2: Nº
3, julio 2005
INVESTIGACIÓN ORIGINAL
Diferencias en la recuperación de un accidente cerebrovascular según el sexo
Sue-Min Lai, PhD, MS, MBA, Pamela W. Duncan, PhD, Paul Dew, MD, MPH, John Keighley, MS
Citas sugeridas para este artículo: Lai S-M, Duncan PW, Dew P, Keighley J. Diferencias en la recuperación de un accidente cerebrovascular según el sexo. Prev Chronic Dis [serie publicada on-line]
julio 2005 [fecha de la cita]. Disponible en: URL: http://www.cdc.gov/pcd/issues/2005/
jul/04_0137_es.htm.
REVISIÓN PARITARIA
Resumen
Introducción
Este estudio examinó las diferentes capacidades de hombres y mujeres para llevar a cabo actividades básicas de la vida diaria, actividades instrumentales de la vida diaria y actividades que requieran un desempeño físico más alto, después de un accidente cerebrovascular. El objetivo del estudio era determinar si las diferencias observadas en los pacientes de distintos
sexos en lo que refiere a la recuperación de un accidente cerebrovascular, podían estar, de hecho, relacionadas con un estado depresivo al llegar a la tercera edad, con la gravedad del accidente cerebrovascular, el estado físico antes del mismo y con otras comorbilidades médicas.
Métodos
Se reclutó a un total de 459 pacientes que habían sido internados en hospitales o clínicas de una comunidad urbana del “Midwest” estadounidense (Midwest estadounidense = una región que comprende los Estados de Ohio, Indiana, Illinois, Michigan, Wisconsin, Minnesota, Iowa, Misuri, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Nebraska, y Kansas) debido a un accidente
cerebrovascular de gravedad alta o media. Se realizó un seguimiento de estos pacientes desde la aparición de los síntomas del accidente cerebrovascular hasta 6 meses después de ocurrido el mismo. La recuperación de todos los participantes del estudio se evaluó utilizando medidas estandarizadas, entre ellas la Escala de Accidente Cerebrovascular de los Institutos
Nacionales de Salud (NIHSS, por sus siglas en inglés), el Índice de Barthel para las Actividades de la Vida Diaria, la Escala de Lowton para las Actividades Instrumentales de la Vida Diaria, y la escala de funcionamiento físico de la Encuesta del Estado de Salud SF-36. Para evaluar el estado depresivo se utilizó la Escala de Depresión Geriátrica. Se midió cada
resultado al inicio (dentro de las 2 semanas de ocurrido el accidente cerebrovascular), medida que se tomó como valor inicial, y luego pasados 1, 3 y 6 meses a partir del mismo. También se evaluaron al inicio el funcionamiento físico antes del accidente cerebrovascular, las características del accidente y las comorbilidades.
Resultados
Las pacientes que participaron en el estudio eran mayores que los pacientes masculinos, con una edad promedio de 71 años para las mujeres contra 69 años para los hombres. El funcionamiento físico de las mujeres antes del accidente cerebrovascular era peor que el de sus contrapartes masculinas. Pasados seis meses desde el accidente cerebrovascular, las mujeres del estudio
tenían menos probabilidades que los hombres de lograr un puntaje ≥95 en el Índice de Barthel para las Actividades de la Vida Diaria (razón de riesgos [RR] = 0,68,
95% intervalo de confianza [IC] 0,52–0,90), de realizar ocho de nueve actividades instrumentales de la vida diaria sin ayuda (RR = 0,46; 95% IC, 0,30–0,68), y de lograr un puntaje ≥90 en la escala de
funcionamiento físico de la Encuesta del Estado de Salud SF-36 (RR = 0,54; 95% IC, 0,28–1.01). Cuando en el análisis se controló el valor inicial de la edad, el funcionamiento físico anterior al accidente cerebrovascular, la gravedad del mismo y el estado de depresión al comienzo de los síntomas, las mujeres del estudio continuaron siendo menos propensas que
los hombres (RR = 0,51; 95% IC, 0,32–0,79) a poder realizar ocho de las nueve actividades instrumentales de la vida diaria sin ningún tipo de ayuda, pero no se observaron diferencias vinculadas al sexo en lo que respecta a realizar actividades básicas de la vida diaria o actividades físicas más exigentes de forma independiente.
Conclusión
El estado físico y los síntomas de depresión anteriores al accidente cerebrovascular son factores importantes en lo que respecta a la investigación sobre las diferentes capacidades de las personas de ambos sexos de recuperarse tras un accidente cerebrovascular. La menor recuperación de las actividades de la vida diaria y del funcionamiento físico en las mujeres luego
de un accidente cerebrovascular podría estar vinculada a múltiples factores, como mayor edad, peor estado físico antes del accidente y una mayor tendencia a experimentar un estado depresivo después del mismo.