Volumen 2: Nº 2, Abril 2005
TEMA ESPECIAL
Obesidad infantil – Qué
podemos aprender de la información existente sobre las tendencias sociales,
Parte 2
Roland Sturm, PhD
Citas sugeridas para este artículo: Sturm R.
Qué podemos aprender de la información existente sobre tendencias
sociales, Parte 2. Prev Chronic Dis [serie publicada on-line] Abril 2005 [fecha
de la cita]. Disponible en: URL:
http://www.cdc.gov/pcd/issues/2005/
apr/04_0039_es.htm.
Resumen
El número de jóvenes con sobrepeso u obesidad ha aumentado en las últimas
décadas. Sin embargo, existe poca información que evalúe cómo ha cambiado la
vida de los niños durante esta “epidemia de obesidad.” En la primera parte
de este estudio se analizaron las tendencias en cuanto al uso del tiempo, al
estudio en el hogar y al uso de medios tecnológicos. La segunda parte se
centra en los medios de transporte, la educación física y la dieta.
Caminar o andar en bicicleta como medio de transporte puede insumir una
gran cantidad de energía, pero, el transporte activo no constituye una forma
significativa de ejercicio físico entre los jóvenes, el cual en el año 2001
promediaba ocho minutos por día, sin registrarse cambios significativos en
las últimas décadas. En el caso de los adolescentes, en la última década no
se ha observado una tendencia clara de cambio en cuanto a la educación
física, pero no existe suficiente información sobre programas
extracurriculares y de guardería, los que han adquirido mayor relevancia en
tanto los niños pasan más tiempo fuera de su casa. En el caso de los niños
pequeños, el tiempo dedicado a deportes organizados y a actividades al aire
libre aumentó 73 minutos por semana entre 1981 y 1997.
Comer dejó de ser una actividad central, advirtiéndose un corrimiento
hacia las comidas fuera de hora (refrigerios o entremeses) o a comer como
actividad secundaria. Existen tendencias significativas en términos
estadísticos hacia una mayor ingesta de carbohidratos, en especial papas
chips, galletitas saladas, palomitas de maíz y pretzels (su consumo se
triplicó desde mediados de los años '70 a mediados de los años '90) y de
bebidas gaseosas (consumo que se duplicó en el mismo período). La
información disponible sobre precios e ingresos sugiere que estos cambios
podrían deberse a razones económicas. El porcentaje de ingresos disponibles
que se destina a alimentos ha descendido de forma constante, y prácticamente
todo este descenso corresponde a alimentos consumidos en el hogar; aún así,
el total de calorías que se compra con los ingresos disponibles
actualmente, es mayor que en el pasado. Los precios relativos han fomentado
corrimientos en cuanto al tipo de alimentos. De un valor inicial de 100
durante 1982-84, el índice de precios de las frutas y verduras frescas
aumentó a 258 en el 2002 (excediendo por lejos la inflación general), en
tanto el índice de precios de las bebidas gaseosas aumentó sólo a 126 en el
2002 (por debajo del nivel general de inflación).