Historias personales sobre la tuberculosis
La historia de Deo
Deo
Deo nació en Bután, un pequeño país ubicado en la cordillera de los Himalayas en Asia que fue colonizado primero por los tibetanos y más adelante por los nepaleses. La población nepalesa fue creciendo al mismo tiempo que conservaba su cultura e identidad étnica. En la década de 1990, luego de un intento fallido de los nepaleses de Bután de establecer una democracia multipartidaria, el gobierno butanés los obligó a abandonar el país. Desde entonces, más de 100 000 ciudadanos butaneses, incluido Deo, han tenido que vivir en campamentos para refugiados en Nepal.
“Pero incluso en esas circunstancias no nos privaron de nuestros estudios. Cursé mis estudios en el campamento de refugiados”, dice Deo. “Cuando finalicé la escuela secundaria superior me otorgaron una beca para obtener el título de auxiliar en medicina comunitaria” (C.M.A., por sus siglas en inglés). Deo finalizó el curso de 15 meses en el 2009 y comenzó a trabajar en Nepal en el proyecto principal de la Asociación de Doctores en Medicina de Asia (AMDA, por sus siglas en inglés) de atención médica para los refugiados butaneses. Deo trabajó durante 3 años como profesional médico a cargo de un servicio de atención de urgencia. Realizaba tareas que generalmente caen bajo la responsabilidad de un médico, aunque no lo era.
“Cuando finalicé el tratamiento me sentí feliz de haberme librado no solo de los microbios de la tuberculosis, sino también de los medicamentos. Puedo decirles esto… La satisfacción [de haber finalizado el tratamiento] no la puedo medir ni expresar con palabras“.
En ese mismo momento, se programó trasladar a una gran cantidad de refugiados butaneses a los Estados Unidos para darles residencia, incluido Deo. Deo debía hacerse una radiografía de tórax como parte del examen médico de detección requerido para los inmigrantes y refugiados que solicitan la entrada a los Estados Unidos. La radiografía de Deo no indicó la presencia de tuberculosis ni ninguna otra enfermedad, y se le permitió viajar a los Estados Unidos.
“Cuando llegué a los EE. UU. en abril del 2012, debía hacerme otra prueba de detección en un centro de la Junta de Salud del Condado de Dekalb en el área de Atlanta, Georgia”, comenta Deo, haciendo referencia al condado donde se instaló. Como parte del chequeo médico, se le hizo una prueba de QuantiFERON para determinar si tenía una infección por tuberculosis, así como otra radiografía de tórax. La prueba de QuantiFERON dio un resultado positivo de infección de tuberculosis, pero la radiografía no mostró ningún signo de la enfermedad. Deo recibió el diagnóstico de infección de tuberculosis latente. “El resultado de las pruebas de detección mostró que mi cuerpo había sido expuesto a los microbios de la tuberculosis. Es probable que eso haya sucedido mientras trabajaba para la AMDA. Por primera vez, me sentí nervioso”, dice. Deo estaba familiarizado con la tuberculosis por haber trabajado durante muchos años en el centro médico de Nepal y sabía que podía llegar a ser mortal. Por fortuna, la infección de tuberculosis latente de Deo se detectó antes de que se convirtiera en la enfermedad de tuberculosis. Durante el proceso de tratamiento conoció al doctor Oladele, el director clínico del condado. Bajo la atención del doctor, Deo recibió rifampicina durante 4 meses para tratar la infección de tuberculosis y evitar que evolucionara a enfermedad de tuberculosis.
“Finalicé el tratamiento en octubre del 2012. Si bien sabía un poco sobre los fármacos contra la tuberculosis y sus efectos secundarios, me fue difícil soportar el tratamiento cuando me tocó personalmente. Pero no fue imposible, ni tampoco creo que sea imposible para otras personas. Cuando finalicé el tratamiento me sentí feliz de haberme librado no solo de los microbios de la tuberculosis, sino también de los medicamentos. Puedo decirles esto… La satisfacción [de haber finalizado el tratamiento] no la puedo medir ni expresar con palabras”, asegura Deo.
En la actualidad, Deo trabaja en Atlanta como entrevistador de investigaciones. Junto a los integrantes de su equipo de investigación, Deo se dedica a inscribir a otras personas que llegan a los Estados Unidos para que participen en un estudio sobre las pruebas diagnósticas de la tuberculosis.
Deo quiere compartir un mensaje con otras personas. Insta a todos los que puedan haber estado expuestos a las bacterias de la tuberculosis, a que “vayan al médico” para que les hagan las pruebas de detección de la infección de tuberculosis y de la enfermedad, especialmente si tienen síntomas como tos, fiebre o pérdida de peso. Aunque la idea de tener la infección de tuberculosis latente o la propia enfermedad puede atemorizar, hay tratamiento para la tuberculosis. Deo invita a otros a que se unan a él para cumplir el sueño de un mundo sin tuberculosis. “¡Depende de mí y de ustedes!”, afirma Deo.