Historias personales sobre la tuberculosis
La historia de Karen
Karen empezó a sentirse mal después de dar a luz a su cuarto hijo. Tenía fiebre, sudores nocturnos y perdió el apetito. Lo peor de todo era la dificultad para respirar.
“Después de tener a mi hijo, empecé a sentirme mal. Estaba realmente cansada. Las enfermeras empezaron a notar que los niveles de mi respiración estaban bajando, y después de eso empezó la fiebre. No podían encontrar la causa.
Me mandaron a que me tomaran radiografías de los pulmones y es así como me dieron un diagnóstico incorrecto de neumonía. Así que alrededor de una semana y media me trataron por neumonía”, dice Karen.
Poco después de salir del hospital y volver a casa, la fiebre y los sudores nocturnos regresaron. “Los sudores nocturnos eran peores, la fiebre era peor. La dificultad para respirar empeoró, no podía subir las escaleras. No podía hacer tareas simples. Bajé mucho de peso y no tenía ganas de comer. Simplemente me sentía cansada todo el tiempo”, recuerda Karen.
Karen pronto volvió a ser hospitalizada, le tomaron otra radiografía del tórax y le diagnosticaron enfermedad de tuberculosis (TB). Al poco tiempo, tuvo un colapso pulmonar y tuvieron que entubarla. Mientras Karen empezaba el tratamiento en el hospital, su hijo recién nacido también recibió el diagnóstico de enfermedad de TB.
“Me dieron la noticia de que el bebé tenía TB activa. Definitivamente fue difícil estar lejos de él, pero también fue muy importante poder saber que los dos íbamos a recibir el tratamiento necesario”, agrega.
Karen se sintió agradecida por tener el apoyo del tratamiento de observación directa (TOD) durante su tratamiento contra la enfermedad de TB. El tratamiento de observación directa es una manera de ayudar a los pacientes a tomar sus medicamentos para la TB. Karen se reunía con un trabajador de atención médica que la observaba mientras ella tomaba su medicamento para la TB. De hecho, después de completar su tratamiento, Karen fue contratada por el departamento de salud pública local como técnica de tratamiento de observación directa.
“Solía salir y visitar a los pacientes que no pudieran ir al departamento de salud para tomar sus medicamentos todos los días. Y en cierta manera podía identificarme con ellos. Trato de darles esperanzas de que esto es curable, pueden mejorarse, y me gusta compartir mi historia con ellos”, dice.
Ahora que ella y su hijo se recuperaron de la enfermedad de TB, Karen agrega: “Mi perspectiva definitivamente ha cambiado después de pasar por el tratamiento contra la TB. Decididamente me ha hecho sentir más agradecida por mi salud, porque realmente nunca sabemos lo maravilloso que es algo hasta que no lo tenemos”.